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Mostrando entradas de 2023

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Probablemente Rodrigo Cuevas y yo, de entrada, no tengamos nada en común, como si uno estuviera en el polo norte y otro en el sur, pero quizás por eso y porque los polos opuestos se atraen, haya cosas que nos unan. Desde luego el estilo de vida no puede ser más diferente y el modo de enfrentar esa vida también, pero me cae bien Rodrigo, valoro su trabajo, lejos muy lejos de lo que yo hago, y su empeño por recuperar y dar a conocer el folclore asturiano. La primera vez que caí en cuenta de la trayectoria de Rodrigo Cuevas o que me interesé más por él fue al escuchar a Andrea Levy, militante del PP, mencionarlo. Fue en pleno confinamiento, en un programa on line donde distintos políticos, cada uno en su casa, hablaban de su día a día, qué leían, veían, escuchaban. No recuerdo a todos los que participaban, sí que estaba Iñigo Errejón y Gabriel Rufián. Al ser preguntada por los cantantes que escuchaba contestó, entre otros, el asturiano Rodrigo Cuevas.  Conocía de Rodrigo Cuevas Ritmo ...

Alerta

Domingo 3 de septiembre, 2:30 de la tarde, mi happy hou r, ese momento donde conecto con Morfeo via televisión. Y cuando me dejo caer en un cabeceo suave y reparador un pitido, ¡perdón, uno no, varios! de acuerdo a los móviles que hubiera, me arrancó, sin ninguna consideración, de semejante momento. Mi reacción fue como si a las dos de la mañana suena el despertador y ni sabes dónde está ni cómo apagarlo. Pues eso, apesar de tener el teléfono a mi lado y en vibración,  no entendía que fuera él quien emitiera ese ruido. No quiero pensar lo que pudo suponer en espacios donde hubiese mucha gente. Hasta que reconoces de dónde viene y te das cuenta que si no lees lo que aparece en pantalla, en español e inglés, no deja de sonar como si Pearl Harbor, parafraseando a Angel Martín y su informativo del día siguiente, volviera a ser atacado, pasan un par de segundos de desconcierto. Dejando un lado lo jocoso que me ha salido este primer párrafo defiendo y valoro la iniciativa de esa alarma p...

Disfrutar

Llevo unos días de descanso en mi tierra, en Asturias, y a parte del clima, que aunque caluroso no se puede comparar con el que hay en otros lugares, disfruto del entorno, del verde, del frescor, del orbayu  y de alguna visita a lugares que no conocía y me sorprenden, espacios que siempre han estado ahí y que por cercanos no llegué a prestarles atencion. Por ejemplo, hace unos cuantos meses cuando estaba fuera de España leía Salvo mi corazón todo está bien  del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, nombrado no hace mucho en los medios de comunicación por encontrarse en un restaurante en la ciudad ucraniana de Kramatorsk cuando fue bombardeado por el ejército ruso. En el ataque morían once personas entre ellas la escritora ucraniana Victoria Amelina con quien cenaba Abad. Pues bien, en ese libro mencionaba que el primer corazón pintado en la historia está en la cueva del Pindal, en la localidad de Pimiango, concejo de Ribadedeva. Fue comentarlo y ya estaba organizada una ...

Espíritu del lugar

Leía estos días una entrevista a un sacerdote jesuita donde hablaba sobre la magia que muchos lugares tienen, y son importantes, bien sea por algo alegre de recordar o por todo lo contrario. En este caso, Robert R. Marsh, SJ, hablaba del sitio donde tuvo lugar la batalla entre el ejército norteamericano y la tribu Nez Pence en su huida a Canadá. Contaba que allí había una atmósfera de tensión y tristeza y mencionaba cómo los lugares se convierten en sagrados, y también, todo hay que decirlo, en horribles. Me gustó la idea. Siempre hemos tenido lugares que, con solo pensar en ellos o mencionarlos nos evocan algo. Años, muchos años atrás, estuve de acampada por la braña de La Pornacal, en el concejo de Somiedo, en Asturias. De esto, ya digo, hace un porrón de años, es más, creo que ahora acampar está prohibido, pero tampoco lo aseguro. Por razones que no vienen al caso, esa noche no pude dormir y la pasé sentada fuera de la tienda contemplando el entorno, acompañada por una luna llena qu...

Bachateando

Hace un par de años una amiga sevillana que compartía con nosotras un año como voluntaria en nuestra misión de Malawi entró en mi oficina y me encontró trabajando y escuchando bachatas. Sorprendida y muerta de risa me amenazó con hacer saber que yo, no sólo escuchaba sino hasta cantaba ese ritmo caribeño. Ante semejante “amenaza” le respondí que podía decir,  incluso que publicara, que hasta las bailaba en la soledad de mi habitación. No, no bailo bachatas, y de eso puede dar fe mi gente hondureña que intentaron enseñarme y creo, estoy segura, lo dejaron por imposible, pero disfruto con la música bachatera, con esas canciones trágicas de amor y desamor, de confidencias y traición. La vida es pura bachata. Se lo decía a alguien hace unos días. Me contaba las dificultades que tenía, cuánto le costaba aceptar a la gente con la que vivía, lo difícil que se le hacía entender las ideas, las opiniones de los otros… Escuché, intenté animar, hacer caer en la cuenta de que a todos nos cuesta...

Identificarme

Hace un par de días, mientras iba conduciendo, escuché a un periodista en una conocida emisora de radio hablar de una niña inglesa que se identificaba con un gato. La verdad, pensé que era una broma, que no era cierto, y que lo mencionaba o inventaba la historia para hablar de los problemas de adaptación que sufren muchos niños o los que tienen con sus compañeros al no ser aceptados tal y como son. La curiosidad mata y cuando tuve tiempo busqué en las redes la noticia y ¡oh sorpresa! es totalmente cierta. Lo primero es que escucho esto y pienso en el gato de mi casa: caprichoso, egoísta, a su aire siempre y mimoso hasta aburrir. O pienso en aquel perro con el que compartí muchos años: leal, incontrolable cuando jugábamos y pesado hasta decir basta cuando se ponía a ladrar. Me quedo con estas imágenes, lo de pensar en alguien actuando como uno de ellos no me encaja, no sólo eso, es que me da dolor de cabeza y nauseas.  No sé qué está pasando, yo creo que, no es que hayamos perdido e...

Ola

 Los españoles comenzamos a padecer lo que llaman "olas de calor", un sin sentido la frase en cuestión porque, la verdad, ola, para mí, evoca frescor, agua, mar y chapuzones. Ya sé que la Real Academia de la Lengua da por buena esa expresión al considerar que ola es también un fenómeno atmosférico "que produce variación repentina en la temperatura de un lugar". Aún así, me quedo con la primera definición que también aparece en ese diccionario "onda de gran amplitud que se forma en la superficie de las aguas". Pues sí, estamos inmersos en el verano tórrido con el que "disfrutamos" estos últimos años. Leía estos días en un artículo, hablando de los grados de temperatura que se alcanzan en España, que no afectan igual 26 grados en Asturias que en Córdoba. ¡Los que somos del norte sabemos lo que significan altas temperaturas y humedad! Después de pasar nueve años en Malawi, donde, todo hay que decirlo, el clima es bueno sin demasiados extremos y si p...

Cárceles

No he visitado ninguna cárcel y la verdad no es algo que desee. Tiene que ser uno de esos lugares de donde se sale agradeciendo la libertad de la que una dispone y preguntándose una y otra vez sobre la naturaleza del ser humano, las reacciones y conductas, pero también sobre lo justo y lo injusto. He escuchado historias y he conocido a personas que han pasado por esa experiencia, pero visitar, lo que se dice visitar una cárcel, nunca. Esta semana en una centro de reclusión a 25 kilómetros de Tegucigalpa, la capital de Honduras, más de 40 mujeres fallecían en un enfrentamiento entre pandillas. No puedo dejar de recordar otro suceso ocurrido en febrero de 2012 cuando más de 350 reclusos murieron abrasados en la prisión de Comayagua, también en Honduras.  Hablo de Honduras porque la noticia ha aparecido esta semana, pero también puedo hablar de Malawi donde la entrada en la prisión de Lilongwe de un joven, a quien ayudábamos a través de  uno de nuestro programas de educación, me ...

Mi nombre

Hace unos cuantos años, probablemente un 18 de diciembre, Día del Migrante, entrevisté para Radio Progreso a un joven hondureño que en su camino hacia el Norte sufrió un accidente mientras viajaba en La Bestia . No recuerdo su nombre pero sí la intensidad de la entrevista, los silencios y la emoción que los oyentes pudieron palpar al otro lado de la radio.  Contaba su tragedia al quedarse dormido entre dos vagones mientras soñaba con llegar a la frontera con Estados Unidos. Se descolgó del tren y La Bestia no lo perdonó: amputación de una pierna y una mano. Después, empezó su calvario en los hospitales mejicanos hasta que pudo regresar a Honduras. Pedía a los jóvenes que no se fueran, que lucharan por su país sin abandonarlo.  He conocido historias desgarradoras de migrantes. La madre testigo de las violaciones que había sufrido su hija y la culpabilidad que una y otra vez sentía por no haber podido impedirlo. La angustia de aquella joven encerrada nueve días en una habitació...

Mary's Meals

¡Si que hace tiempo que no escribo! La vida me enreda de tal modo que me quita tiempo y no me deja disfrutar de estos momentos de compartir experiencias. Hoy es diferente. Ayer le concedían el Premio Princesa de Asturias de la Concordia a Mary's Meals y eso merece el que me siente y escriba algo, eso y que un periódico me ha pedido que también escriba sobre esa organización escocesa tan conocida por mí desde mis tiempos en Malawi. La verdad es que cuando Covadonga Rodríguez,  con quien presenté la candidatura de Mary's Meals a los Premios Princesa de Asturias en los años 2017, 2018 y 2019 me envió ese mensaje con un "¡¡por fin lo logramos!! entendí que sí, que esta vez se habían llevado el premio. Y grité de alegría porque desde hace mucho sabía que Mary's Meals y su fundador Magnus MacFarlane-Barrow tenían que ser galardonados con un Premio Princesa de Asturias. Creo firmemente en el valor de la educación. Ya lo dije muchas veces, lo creo y lo respiré en mi casa donde...