Mary's Meals
¡Si que hace tiempo que no escribo! La vida me enreda de tal modo que me quita tiempo y no me deja disfrutar de estos momentos de compartir experiencias. Hoy es diferente. Ayer le concedían el Premio Princesa de Asturias de la Concordia a Mary's Meals y eso merece el que me siente y escriba algo, eso y que un periódico me ha pedido que también escriba sobre esa organización escocesa tan conocida por mí desde mis tiempos en Malawi.
La verdad es que cuando Covadonga Rodríguez, con quien presenté la candidatura de Mary's Meals a los Premios Princesa de Asturias en los años 2017, 2018 y 2019 me envió ese mensaje con un "¡¡por fin lo logramos!! entendí que sí, que esta vez se habían llevado el premio. Y grité de alegría porque desde hace mucho sabía que Mary's Meals y su fundador Magnus MacFarlane-Barrow tenían que ser galardonados con un Premio Princesa de Asturias.
Creo firmemente en el valor de la educación. Ya lo dije muchas veces, lo creo y lo respiré en mi casa donde mis padres humildes campesinos se esforzaron por dar estudios a sus tres hijas. Cuando hay pobreza, pero sobre todo cuando los estómagos están vacíos, es difícil ir a la escuela. Y en esas ausencias escolares se va colando la ignorancia, la falta de futuro y lo que va entrando es más pobreza y marginación.
La historia de Mary's Meals tiene un inicio con la visita de Magnus a Malawi en plena hambruna de 2002 y su encuentro con Emma y sus hijos. A Emma el Sida le arrebataba la vida y Edward, su hijo mayor, soñaba con tener suficiente comida y poder ir a la escuela.
Ese deseo de Edward se ha convertido en el lema de esta organización escocesa que trata de que nadie por falta de comida se quede sin ir a la escuela. Son muchos los niños, más de dos millones, los que se benefician del programa, los que saben que en sus centros escolares les espera una comida cocinada por sus propias madres.
Cuando escuché el acta del jurado recordé a ese joven Magnus lleno de ideas, de retos pero sobre todo lleno de ilusión. Un hombre sencillo que se conmovió por la gente que sufría la guerra de los Balcanes y acudió con ayuda humanitaria en un camión recorriendo Europa y que después fundaba una organización Scottish International Relief, para aliviar situaciones de necesidad.
Esa fundación se transformó en Mary's Meals tras su paso por Malawi y de ahí a recorrer mundo llevando esperanza a quienes por vivir en situación de guerra o de pobreza ya nos les queda.
Felicidades Magnus, a ti y a tu maravillosa organización, por los niños que seguirán escribiendo páginas de historia en Mary's Meals recibiendo ese plato de comida que les asegura un día más de escuela.
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