Arriba

Probablemente Rodrigo Cuevas y yo, de entrada, no tengamos nada en común, como si uno estuviera en el polo norte y otro en el sur, pero quizás por eso y porque los polos opuestos se atraen, haya cosas que nos unan. Desde luego el estilo de vida no puede ser más diferente y el modo de enfrentar esa vida también, pero me cae bien Rodrigo, valoro su trabajo, lejos muy lejos de lo que yo hago, y su empeño por recuperar y dar a conocer el folclore asturiano.
La primera vez que caí en cuenta de la trayectoria de Rodrigo Cuevas o que me interesé más por él fue al escuchar a Andrea Levy, militante del PP, mencionarlo. Fue en pleno confinamiento, en un programa on line donde distintos políticos, cada uno en su casa, hablaban de su día a día, qué leían, veían, escuchaban. No recuerdo a todos los que participaban, sí que estaba Iñigo Errejón y Gabriel Rufián. Al ser preguntada por los cantantes que escuchaba contestó, entre otros, el asturiano Rodrigo Cuevas. 
Conocía de Rodrigo Cuevas Ritmo de Verdiciu por haberla escuchado en algún momento, a pesar de que comenzó a sonar cuando yo estaba en Malawi. Es pegadizo ese ritmo que mezcla una canción tradicional asturiana con la música de un tema de los años 90. Ya de vuelta a España, y sobre todo, después de esa mención de Andrea Levy, me preocupé un poco más por conocer a este artista.
En su música, pero sobre todo en su puesta en escena, es transgresor, innovador, pero sobre todo, sin conocerlo de nada, divertido. Nunca asistiré a ninguna de sus actuaciones, y reconozco que algunos de sus vídeos me hacen mirar para otro lado, pero no puedo negarle el talento que tiene y las ganas de hacer visible lo asturiano y su tradición. Admiro su apuesta por el mundo rural, en su caso, en el concejo de Piloña y las ganas y el dinero que ha puesto para poner en marcha La Benéfica, en Infiesto, como centro de expresión artística.
Hoy día de mi santo y, ¡casualidades! cumpleaños de Rodrigo Cuevas he escuchado Allá arribita y la he disfrutado, no sólo por la letra y música sino por el video de presentación. Rezuma sabor asturiano, pero sobre todo frescura. 
Yo, como él, también quiero ir arriba, para abarcar el mundo y quedarme con lo bonito. Vale la pena elevar la vista, o bajarla desde lo alto, para encontrar la esperanza y la cordura que, a ratos, parece que se ha perdido. 


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