La vida
Preparando un viaje a Colombia en estos días todavía inciertos de pandemia con nuevos virus sobrevolando sobre nosotros, me tomo un descanso en este vaivén de vida que llevo para serenarme y hacer balance de este año 2021 a punto de terminar.
Eso de hacer balance suena a ventas, a informe financiero. No me gusta esa expresión y me doy cuenta cuando la veo escrita. Una no hace balance de nada sino que recuerda lo bueno y lo malo. Nada se puede cambiar ya, lo pasado es pasado. La vida no es un mercado para sacar el producto de más éxito a la venta o mejorar los resultados para situarnos mejor de cara a la próxima temporada.
La vida se vive tal como viene y, aunque nos gustaría que fuera de otro modo, las circunstancias, la sociedad, el entorno en el que nos movemos, nos llevan, a veces, hasta nos empujan, a vivirla de un modo u otro.
Este año ha supuesto para mí dos viajes, y un tercero a la vista. Volver a Honduras y encontrarme con mi gente alli, hermanas de Congregacion y vida y amistades con quienes compartí desde lo profundo y que no se olvidan. Me llevó tambien a Alemania para conocer el trabajo de mis hermanas al lado de los ancianos, hombres y mujeres que lucharon por sacar a su pais del horror de una guerra y ahora se pierden en las brumas de su propio olvido o la inmovilidad de una enfermedad que los ata a una silla de ruedas o una cama.
Pero hubo más. Encuentros, reuniones, momentos para compartir experiencias, para celebrar que estamos aquí, para festejar cumpleaños, para alegrarnos con las buenas noticias y felicitar a quienes las vivieron... los malos momentos quedan ocultos tras los buenos, son historias que no quiero volver a contar. No los voy a olvidar, se quedan ahí porque lamentablemente no puedo cambiarlos solo confiar para que no vuelvan a mi vida.
Ni siquiera sé por qué escribo esto ahora, un seis de diciembre, donde celebramos el día de la Constitución y todo el mundo político se llena la boca para hablar de ella la mayoría para bien unos pocos, los de siempre, para criticarla. Será que, en estos días de descanso donde yo también me he ido de Madrid, en el sosiego de la sierra de Gredos, ha pasado ante mi este año para recordarme que, pese a todo, sigo enfrentando la vida con esperanza, con ilusión pero sobre todo con la certeza de que siempre “lo más mejor”, tomando la frase tan de moda en su tiempo, esta por llegar.
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