Lo inesperado

Hay acontecimientos que te empujan a escribir. Después de mucho tiempo sin abrir este blog, sin ni siquiera molestarme en retomarlo, ocurre algo y ¡zas! aquí estoy dejando atrás el cansancio de meses de trabajo, de reuniones maratonianas y de soñar con un descanso que por ahora no va a llegar.
Recorro en tren la distancia entre Madrid y Valencia donde estaré en un encuentro de secretarios de Gobiernos Generales de congregaciones religiosas y mientras no sé a qué velocidad me acerco a la capital del Turia no dejo de pensar en la noticia que, como a todos los malawianos, me sorprendió hace tres días al escuchar que el avión en el que viajaba el vicepresidente del país, Saulos Chilima, junto con ocho personas más, había desaparecido en la inmediaciones de Mzuzu, al norte del país, al no poder aterrizar por falta de visibilidad en esa ciudad. Después, tras la sorpresa, vendría la rabia y la confusión al conocerse que todos los pasajeros habían fallecido tras estrellarse el avión. Chilima acudía al entierro de un amigo, abogado, ex  ministro de Justicia, también fallecido en entrañas circunstancias.
Saulos Chilima tenía 51 años y desde 2014 tenia cargos de responsabilidad en el Gobierno de Malawi. Era una persona respetada y admirada por su integridad, capacidad de trabajo y responsabilidad con el pueblo malawiano. En el año 2019 creó su propio partido y sonaba como ganador en las próximas elecciones del año que viene. Católico practicante, junto con su mujer, Mary, podía verse en las celebraciones de la Iglesia Católica pero sobre todo en su parroquia de Lilongwe donde era un miembro más que no dudaba en realizar cualquier actividad que fuera necesaria.
Tuve ocasión de charlar con Saulos Chilima cuando acudí a él, en el año 2017, para pedir su apoyo a la candidatura de Mary's Meals a los Premios Princesa de Asturias. Un buen amigo me consiguió una entrevista con el  vicepresidente de Malawi en su despacho. Su trato fue cercano, amable, haciendo del encuentro un momento de cordialidad y sintonia. En un momento dado le mencioné que si mi padre me viera con un vicepresidente no se lo creería y me respondió con una frase que ni he olvidado ni olvidaré: "hermana, soy un hermano suyo en nuestra iglesia católica".
La última vez que coincidimos fue en la ordenación episcopal de mi amigo el sacerdote malawiano Vincent Mwakhwawa en Lilongwe, el pasado mes de enero. Como siempre sus palabras finales llegaron a todo el mundo porque en su modo de hablar recogía el sentir de la gente junto con textos del Evangelio.
Junto a él en el accidente se ha ido también Patricia Shanil Dzimbiri, tercera esposa del segundo presidente de la República, el musulman Bakili Muluzi, quien accedió a la presidencia después de Kamuzu Banda con quien se independizó Malawi. Shanil también era católica, comprometida con su gente y luchadora por los derechos de la mujer. 
Veía en un periódico malawiano a Mary Chilima devastada, en su rostro pude ver la tristeza de todo un pueblo que, sin importar la confesión religiosa a la que pertenezca, valoraba la valentía y el saber hacer de Saulos Chilima. Descansen en paz todos ellos, nunca sabremos que hubiese deparado el destino, un avión y una mala maniobra lo han impedido.

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